Creo que fue en el mail número 3 cuando te presenté al Sr Van Damme
Si hombre (o mujer), el karateka madrugador
El amiguísimo de David Cameron
El hombre al que no le gustaban las coquinas (ya te lo contaré en otro cameo)
Seguro que lo recuerdas por su frase lapidaria “EL DINERO, TU DINERO”
Tengo que agradecerle mucho
Él me empujó hasta aquí.
Van Damme era un obseso del trabajo. Los millones de libras se le caían casi literalmente de los bolsillos pero el trabajaba sin descanso
Eso si, a su manera. De una forma muy cómoda
“Recógeme” “Llévame”…
Cuando empecé a trabajar con él, me dijo que sería buena idea mandar a poner una cama en la oficina.
Yo le reí la gracia
Él no se reía
Al poco tiempo yo dejé de reir
Por que me vi trabajando de sol a sol y de lunes a domingo
Al principio lo llevé bastante bien
Era joven, tenía un buen sueldo y el me arengaba con otra de sus frases,“mis gerentes son todos millonarios”
Yo quería ser millonario
Así que mi mujer iba a verme al trabajo los domingos, hacía un break para comer con ella y era casi el único momento en el que podía estar con ella durante la semana
El resto era en modo zombie
Llegar a casa a las tantas de la noche
Cenar como los pollos
Ducha
Y al catre. Creo recordar que era en ese orden
Y en menos de 6 horas de nuevo en pie y a la oficina
Día tras día
Semana tras semana
Pero lo llevaba bastante bien. Quería ser millonario, como el resto de sus gerentes…
Pero un día, algo pasó
Fue un sábado
Resulta que ese día tenía ganas de volver pronto a casa, corté antes de tiempo
Tampoco es que hiciera nada del otro jueves, descansar ya era suficiente
Pero a las 3 de la mañana sonó mi teléfono. Era una de mis hermanas pidiendo auxilio.
Su bloque estaba ardiendo
Fuego, fuego!!!
Y yo, como bombero torero salí disparado de la cama
Cogí el coche en pijama y fui al rescate
Poca cosa, más susto que brasas.
Entre llama y llama, entre sustos y sesiones de psicología ya eran las 7 de la mañana cuando volví a casa
Me quedé frito como no podía ser de otra manera
A las 10.30 del domingo sonó mi teléfono del trabajo haciendo las veces de despertador
Era el Sr Van Damme
Había ido a la oficina y no me había encontrado
Se molestó
En aquella conversación, el Sr Van Damme creó el concepto de «somanta de palos telefónico»
Yo le dejé hablar
Incluso gritar
Y cuando pensé que le había dejado el tiempo necesario para desahogarse le dije:
Bye bye Mr Van Damme. Acepte ud mi renuncia y mañana hablo con Madrid para que preparen mi baja voluntaria.
En ese momento no entendí la lección tan importante que la vida me había dado.
Tuvieron que pasar años para que relacionase ese episodio con el concepto de libertad financiera.
Hoy recuerdo a Van Damme por aquello, por lo del DINERO, por lo de las COQUINAS y por su colección de ferraris del año de la polca. Pero no por perder la oportunidad de ser millonario a su lado, como el resto de sus gerentes
Aquel domingo por la mañana se plantó la semilla
Libertad financiera NO ES tocarse los huevos a dos manos en la playa
Libertad financiera NO ES hacerse fotos con cochazos y mansiones en instagram
Libertad financiera NO ES trabajar media hora para tener un sueldo de muchos ceros
Libertad financiera ES no tener que aguantar al Sr Van Damme
Creo que como concepto queda clara la idea.
Y también reo que es necesario que sigamos hablando sobre libertad financiera, no me voy a quedar con las ganas de darte mi particular punto de vista sobre este concepto.
Además, te lo relacionaré con el trading
Considera este breve relato como un preámbulo
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