Actas de la FOMC

La impresión es que en la FED, al igual que el resto de bancos centrales, andan confusos sobre lo que está pasando en el mundo. En mi opinión, no tienen nada claro si estamos ante un enfriamiento económico global o se trata del inicio de una recesión, que por ingredientes sería de las serias.

Desde mi punto de vista, todo está muy condicionado al acuerdo que puedan alcanzar China y EE.UU. Se piensa que firmando un acuerdo comercial todos los males desaparecerán y volveremos al entorno de crecimiento sin límites. Ocurra o no esta circunstancia, los problemas de fondo siguen estando ahí. Al menos ganaríamos un poco de tiempo para que los bancos centrales pudiesen prepararse un poco mejor, ya que el caso de Europa es para hacérselo mirar.

Bien, tras las actas de ayer del FOMC, la primera impresión es que se desviaron poco de lo que el mercado esperaba, aunque con pequeños matices que ahora veremos. Los dos temas sobre los que tratar: los tipos de interés y la reducción del balance.

Respecto a los tipos, manteniendo la vigilancia a lo que dicten los mercados, hay miembros del FOMC que aún ven la posibilidad de subir tipos este año. Esto va claramente en contra de los mercados, pero tranquilidad, las condiciones que deberían cumplirse para que esto ocurriese están lejos de poder producirse. Deberíamos ver un repunte inflacionario y una mejora sustancial de los datos macro para que el organismo volviese a retomar la senda de crecimiento de los tipos. Como vimos esta semana con nuestro indicador de sorpresas, la economía de EE.UU no parece que vaya a «curarse» de repente de este ¿pequeño? resfriado que le acompaña. El mercado no está descontando ninguna subida para este año, es más pronostica bajadas. Mientras los datos macro sigan siendo malos no habrá de qué preocuparse.

Más cosas, el balance. Actualmente el plan de adelgazamiento del balance de la FED se situa en los 50.000 millones de dólares mensuales. El mercado, que ya parece tener claro lo que va a pasar con los tipos, ahora pone el dedo en esta llaga. Estaría muy bien visto por el mercado, no ya una nueva QE, una reducción del ritmo de descarga. Esta circunstancia repercutiría muy favorablemente sobre los mercados emergentes, ya que se aliviarían las tensiones sobre el dólar. Pues bien, las buenas noticias son que, en función de las actas ayer publicadas, el consenso de los miembros del FOMC piensa que sería favorable reducir el ritmo de salidas del balance.

Que siga la fiesta.

 

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